DECIDÍ ESCUCHAR MI MELODÍA

“La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido.”

¿Quién no se ha tumbado alguna vez en su cama con la luz apagada oyendo música, imaginando historias? O ¿Quién no ha ido caminando por la calle escuchando el Ipod creyéndose que bailaba en un videoclip? He de confesar que yo lo hago muy a menudo.

Si tuviera que describir la música en una sola palabra, diría que es única: no hay nada que se le pueda comparar. Ciertas canciones parecen estar hechas para mí y otras tantas consiguen describir con un puñado de palabras los sentimientos que proceso, mis gustos, mi personalidad. Algunas me deleitan por su conjunto en general, por su ritmo, su “buen rollito” y otras en cambio, porque al cerrar los ojos, me hacen viajar a un momento concreto, a otro lugar, con cierta persona… Hay canciones que me comprenden y me identifican. Y es que para mí, la música es fuego, me hace sentir viva, y todo gracias a los sentimientos que me transmite.

La música me hace recordar, sentir, y consigue sacar lo mejor de mí: “la música amansa a las fieras” y es que en mi opinión, nadie es capaz de no sucumbir a su encanto. Es experta en conseguir que me evada de la realidad durante unos minutos, capaz de hacerme sentir sensaciones que ni siquiera las personas serían capaces de hacerme experimentar. Es tan importante en mi día a día, que a veces, incluso, me marca el estilo de vida, llegando a ser la banda sonora de cada uno de los momentos que vivo. La melodía pone ritmo a mi existencia, pero ¡en el sentido literal! pensarlo: cuando suena una canción marchosa en vuestro Ipod ¿no camináis más deprisa? y cuando suena una lenta ¿más despacio?

También tengo que confesar que estoy segura de que hay más de un tipo de música que no conozco, desde luego, y que espero descubrir y saber disfrutar, e infinitas letras esperando a que las encuentre por fin para ser añadidas a la lista de reproducción más escuchada de mi mp3. Y es que creo, y digo creo porque de momento no se ha dado el caso, que no sería capaz de dejar pasar un solo día de mi vida sin escuchar alguna de las canciones de mi Ipod.

María Rodríguez Lefler. 1º Periodismo y Publicidad y RRPP