viernes, 28 de diciembre de 2012

Modas que vienen y van


Es increíble como forjamos nosotros mismos nuestras jaulas. Como vamos juntando barrote con barrote sin dejar espacio alguno para una posible puerta.  No es la sociedad la que nos atrapa, sino cada uno de nosotros ni más ni menos.

Ahora mismo podría salir a la calle y ver como el 95% de las personas a mí alrededor llevan casi las mismas prendas de vestir. Moda lo llaman, yo prefiero llamarlo estupidez humana. Y es que no entiendo esas “normas” establecidas por las cuales si no te compras algo que acaba de salir al mercado no estas a la moda. O peor, eres un anticuado. ¿No es acaso mejor ser original y comprar solo aquello que te guste? Porque sinceramente, yo no creo que guste llevar pinchos de unos 5 centímetros en los hombros, rosarios como collares o tacones de alturas impensables… O por lo menos esto no gustaba hace un par de años.

Nosotros somos los que tenemos miedo a que nos cataloguen como “los no modernos”. Y es por eso por lo que vamos cual tour materialista de tienda en tienda en busca de tendencias. ¿Y qué es lo que estamos consiguiendo con esto? Que todos y cada uno de nosotros limitemos nuestros gustos. Que cada día nos vistamos para una exigente sociedad en vez de para nosotros mismos. Que tengamos que renovar nuestro armario cada dos por tres. Y que aquel que vaya con una boina o aquella que vaya con el chal de su abuela sean mal vistos ante los ojos de una moderna sociedad. Eso sí, si Louis Vuitton o Giorgio Armani añadieran en sus próximos desfiles la boina o el chal, tened por seguro que estos no faltarían en ninguna tienda de ningún país.



Marta Fernández Sanz.
1º Periodismo.

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