Querida mente soñadora:
Que vuelas más alto que cualquier pájaro, en busca de sueños imposibles. Que creas tus propias historias mejor elaboradas que en una película de Steven Spielberg. Que planeas cada instante, cada segundo y cada suspiro de tu futuro. Desabróchate el cinturón, sal del coche y disfruta del paisaje.
Que vuelas más alto que cualquier pájaro, en busca de sueños imposibles. Que creas tus propias historias mejor elaboradas que en una película de Steven Spielberg. Que planeas cada instante, cada segundo y cada suspiro de tu futuro. Desabróchate el cinturón, sal del coche y disfruta del paisaje.
Estabas tan obsesionada por lo que había al
final de la autopista que no te has parado a admirar la belleza de tu alrededor.
Desiertos, montañas, bosques, playas, personas, animales, plantas… Pero tú solo
ponías los ojos en la carretera. Conducías y conducías con destino a “cuando
sea mayor”.
¿Qué más dará dónde estés dentro de 10 años
de viaje? ¿Por qué tomar una sola carretera para llegar a tu fin? Tira el mapa,
el GPS y olvídate de las señalizaciones. Piérdete. Y vuelve a encontrarte. Toma
atajos, caminos con baches, vías secundarias. Deja el coche. Monta en moto. Ve
andando. Haz autostop. Deja que te lleven. Lleva tú a gente. ¿Y luego? Luego incorpórate
a tú autopista principal para volver a desviarte.
Porque siento decirte, mi querida mente
soñadora, que tienes que tirar las gafas de ver de lejos y ponerte las de
cerca. Que tienes que cerrar la habitación
del futuro y abrir la del presente. Y cuando llenes esta con todo lo que
vayas recolectando de tus viajes, cuando ya no quede espacio donde guardar un
recuerdo más, entonces sí, coge la llave y abre la puerta de “el día de
mañana”. Abróchate el cinturón, conduce por tu camino y llega hasta tu destino.
Marta Fernández Sanz
1º Periodismo
Que razón tienes Marta, espero que publiques mas cosas.
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