Me siento enfrente del ordenador y me pongo a
pensar sobre qué puedo escribir. Las prácticas obligatorias es lo que tienen, te
quedas en blanco y por más que lo intentas no te viene la inspiración. Además después
de un buen rato delante de la pantalla empiezo a maldecir el hacer todo a
última hora y ya sí que sí estoy completamente perdida. ¿De qué narices voy a
hablar yo ahora? ¿Carpe diem otra vez? Creo que ese tópico lo he más que
explotado ya a lo largo del curso en este blog. ¿De qué hablo pues?
De repente, me viene a la cabeza una frase,
más bien una cita celebre del mismísimo Paulo Coelho: “Escribir es
una manera educada de desnudarse en público”. Claro, ahí está, la cuestión es
desnudarse. Siempre escribimos sobre noticias, temas, las posturas que tenemos
ante determinados aspectos, pero nunca explicamos quienes somos ni por qué
decimos lo que decimos. Nadie sabe en verdad por qué opinamos de una manera u
otra. Detrás de la pantalla somos todo un misterio. Y siendo un misterio, nadie
puede llegar a comprender nuestros textos como pretendemos que se haga.
Al igual que nos presentamos el primer día de clase, en una entrevista, o nada más conocer a alguien, ¿por qué no hacerlo por aquí? Si no sabéis como soy ni cuáles son mis aspiraciones en la vida, ¿cómo vais a entender porque tengo esa frustración inexplicable a escribir cada dos por tres sobre “vivir el momento”? Así que, dejando mi vestimenta a un lado, siento decirles señores que voy a estrenar la sección de nudismo en este blog. Voy a desnudarme ante ustedes para que así puedan entender mis próximos textos.
Al igual que nos presentamos el primer día de clase, en una entrevista, o nada más conocer a alguien, ¿por qué no hacerlo por aquí? Si no sabéis como soy ni cuáles son mis aspiraciones en la vida, ¿cómo vais a entender porque tengo esa frustración inexplicable a escribir cada dos por tres sobre “vivir el momento”? Así que, dejando mi vestimenta a un lado, siento decirles señores que voy a estrenar la sección de nudismo en este blog. Voy a desnudarme ante ustedes para que así puedan entender mis próximos textos.
No voy a empezar por el típico “Hola,
me llamo Marta” porque no pretendo que esto se parezca a una sesión de alcohólicos
anónimos. Simplemente comenzaré diciendo que para escribir esto estoy
escuchando Nuvole Bianche de Ludovico
Einaudi. Creo que se puede saber mucho de una persona por la música que
escucha. Y por eso yo les comento que Ludovico se encuentra entre mis artistas
favoritos. Qué mujer puede resistirse ante un hombre que toque el piano de esa
manera… Bueno, en el fondo, qué mujer puede resistirse ante un hombre que toque
el piano. ¿O no, chicas?
Y mira que yo también me he
planteado aprender a tocar el piano para enamorarme a mí misma, pero a duras
penas se tocar La Chocolatera. Así que
ahora me encuentro en el mundillo de los aprendices de guitarra. Y con la tontería
ya han pasado tres guitarras por mi casa. Si les soy sincera, esta pasión por
las seis cuerdas nació después de escuchar Wish
You Were Here. Y por el momento esa es la única canción que domino medianamente
bien.
En cuanto al ya mencionado carpe diem, que les voy a decir que no hayan leído en mis anteriores textos… ¿Por qué
esa fijación mía por vivir el momento? La verdad es que no me decanto por una
sola respuesta. Podría ser tanto por la huella que me dejó la película “El club
de los poetas muertos” como el miedo que le tengo a la muerte. O tal vez sean
las ganas de hacer algo diferente con mi vida. No lo sé… es difícil de
explicar. Si quieren un día quedamos a tomar un café y me expreso con mayor
exactitud. Aunque he de confesar que el café no me gusta ni un pelo, otra cosa
a tener en cuenta sobre mí.
Y por lo demás seré breve.
Fotografía, animales, naturaleza, generación beat, deporte (sobre todo si es pádel),
grandes expectativas, escrupulosa a rabiar, Alexander Supertramp, perfeccionista,
música, atrevida, más música, Lords of Dogtown, familiar, cariñosa en brevedad, curiosa, muy curiosa, aficionada
a debatir, ¿he dicho ya música?
En el fondo es imposible explicar
como soy por aquí. Pero por lo menos puedo sostener que lo he intentado.
Digamos que no he durado ni dos minutos exponiéndome al desnudo, así que, si no
les importa, voy a volver a ponerme la ropa. Sé que después de esto es imposible
que sepan donde tengo cada lunar exactamente, pero al menos ya se pueden hacer
una idea de cada curva de mi cuerpo. Y eso me basta para que entiendan mis próximos
textos.
Marta Fernández Sanz
1º Periodismo
Muy interesante tu entrada. Me gusta.
ResponderEliminarPor cierto, teneis un buen blog. Me gusta mucho y lo sigo. Yo estoy empezando con uno, que aunque no es exactamente de la misma temática te lo dejo por si te apetece echarle un vistazo y me cuentas que te parece:
www.malagasensual.blogspot.com
Gracias y saludos!