viernes, 12 de abril de 2013

Partir.


Ahora mismo, mientras escribo este artículo, estoy volando. Si me paro a pensar en esto es una sensación increíble: estoy suspendida en el aire como un globo. Pero este globo se mueve a 600 kilómetros por hora. Y yo estoy aquí tranquila, como si nada hubiera pasado y escribo.

Esta mañana me desperté a las 5 para ir a tomar el avión que me lleva de nuevo a Madrid y me despedí de mi novio con un beso y una lágrima. Hay siempre un poco de nostalgia anticipada en todas mi salidas, un ligero velo de tristeza que me cubre al saludar a la gente que más quiero.
Entonces ¿por qué sigo partiendo?

Lo pienso y cada vez vengo a la misma conclusión. Es porque la noche, para dormir tranquila, recuerdo el olor de hierba cortada en las colinas de Inglaterra, la luz del atardecer que se filtraba por los rascacielos de Dubai, la arena caliente de Grecia que arde bajo de los pies. Y el torbellino de sentimientos que me provoca el encontrarme en un nuevo lugar, saber que lo voy a descubrir y explorar. Me da escalofríos.
Eso es porque parto y sobre todo porque viajo. Porqué hasta ahora ha sido el centro de mis mejores experiencias.

Viajar cambia la gente como pocas otras cosas pueden hacerlo. Te lleva a enfrentarte a lugares tan inmensos che te comunican lo mucho que eres insignificante, a contemplar sitios tan hermosos que te hacen comprender lo afortunado que eres, a descubrir lugares mágicos que te hacen sentir parte del espíritu del mundo.

La primera vez que bajé de un avión respiré profundamente, y recuerdo que mi padre me dijo: "Bien. Nunca dé por hecho un viaje, vívelo. Respíralo. ".
Es así, a veces simplemente con un respiro, que viajar nos hace descubrir las bellezas ocultas de la vida. Ayuda a entender cuanto incompleto somos y cuanto el mundo nos puede enriquecer. Ayuda a sentirse más humanos.

O por lo menos, eso es lo que siempre ha sido para mí.





Marina Bartolameazzi – Estudiante Erasmus

1 comentario:

  1. ¡Me encanta Marina! Qué razón tienes, viajar alimenta el espíritu humano.
    Y la foto de 'Into the Wild' es todo un acierto, sobre todo de esa parte de la película.
    ¡Muy buen texto!
    Marta Fdez.

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