viernes, 28 de diciembre de 2012

Modas que vienen y van


Es increíble como forjamos nosotros mismos nuestras jaulas. Como vamos juntando barrote con barrote sin dejar espacio alguno para una posible puerta.  No es la sociedad la que nos atrapa, sino cada uno de nosotros ni más ni menos.

Ahora mismo podría salir a la calle y ver como el 95% de las personas a mí alrededor llevan casi las mismas prendas de vestir. Moda lo llaman, yo prefiero llamarlo estupidez humana. Y es que no entiendo esas “normas” establecidas por las cuales si no te compras algo que acaba de salir al mercado no estas a la moda. O peor, eres un anticuado. ¿No es acaso mejor ser original y comprar solo aquello que te guste? Porque sinceramente, yo no creo que guste llevar pinchos de unos 5 centímetros en los hombros, rosarios como collares o tacones de alturas impensables… O por lo menos esto no gustaba hace un par de años.

Nosotros somos los que tenemos miedo a que nos cataloguen como “los no modernos”. Y es por eso por lo que vamos cual tour materialista de tienda en tienda en busca de tendencias. ¿Y qué es lo que estamos consiguiendo con esto? Que todos y cada uno de nosotros limitemos nuestros gustos. Que cada día nos vistamos para una exigente sociedad en vez de para nosotros mismos. Que tengamos que renovar nuestro armario cada dos por tres. Y que aquel que vaya con una boina o aquella que vaya con el chal de su abuela sean mal vistos ante los ojos de una moderna sociedad. Eso sí, si Louis Vuitton o Giorgio Armani añadieran en sus próximos desfiles la boina o el chal, tened por seguro que estos no faltarían en ninguna tienda de ningún país.



Marta Fernández Sanz.
1º Periodismo.

miércoles, 26 de diciembre de 2012


Navidad, dulce Navidad…

Estamos a 26 de diciembre y resulta difícil hablar de otra cosa que no sea Navidad. Nos vemos rodeados de luces, belenes, turrones, regalos y toda clase de cosas que nos envuelven continuamente en un ambiente navideño.

Sin embargo, ¿es esto verdaderamente la Navidad? ¿Estar rodeado de regalos por todas partes? ¿Inflarte a polvorones? Creo que nos estamos equivocando. Es una pena ver como poco a poco la Navidad se está convirtiendo cada vez más en una fiesta superficial y materialista. Todo lleno de escaparates, regalos, luces y adornos que nos invitan a gastar dinero sin medida ni control. Parece que si no tenemos X número de regalos no hemos tenido Navidades.

Algunos pueden pensar que estoy exagerando, que en los tiempos que corren no está la cosa para mucho despilfarro. Pero el espíritu materialista lo llevamos dentro. Son muchas las felicitaciones de Navidad que me han llegado este año en las que al final de las mismas pone: “…y que te traigan muchos regalitos los Reyes”. 

Si esto está muy bien, no lo niego, a todo el mundo le gusta que le regalen cosas, pero pienso que hay que usar la cabeza. El otro día me quedé asombrada cuando oí a cierta persona decir que odia las Navidades porque no sabe que regalo comprar a sus padres. ¡Qué triste! Estamos inmersos en una cultura profundamente consumista. Las Navidades son días para estar en familia, para disfrutar de la compañía de aquellos que durante el año no tenemos cerca porque la distancia nos lo impide. Se celebra el nacimiento de Jesús en Belén.

El espíritu tradicional de la Navidad se está perdiendo. Conozco gente que en vez de felicitar la Navidad dice: “Feliz solsticio de invierno”. Puede que no todo el mundo piense lo mismo, pero yo esto lo considero una tontería y me parece absurdo. Aunque por supuesto, cada uno es libre de llamar a la Navidad y de celebrarla como desee.

En definitiva, las Navidades van mucho más allá de lo que el mundo nos presenta. Se pueden convertir en unos días alegres y maravillosos en familia o por el contrario, pueden llegar a ser una carga en el caso de que todo gire en torno al ámbito material. Tú eliges.
 
María Redondo Gutiérrez
Humanidades y periodismo 1.1
 

lunes, 17 de diciembre de 2012

¿FUTURO?


Puede que sepáis que es la crisis económica. Toda Europa y especialmente Italia, España, Irlanda, Portugal y Grecia están sufriéndola en mayor grado. Día a día vemos lo que implica y sus consecuencias, pero uno no puede valorar verdaderamente su dimensión hasta que se encuentra ahogado en ella.

 Uno de los problemas más importantes que sufre nuestro país es el desempleo. El pasado mes de octubre el paro en España superó el 25% por primera vez en la historia. Como estudiante de periodismo pienso en  mi porvenir dentro de la profesión ¿pero realmente hay futuro para todos?

El último informe de la APM (Asociación de Prensa de Madrid) correspondiente al 2011, sitúa a Madrid como la comunidad con mayor número de periodistas parados (3.045). Solo el año pasado el número de nuevos licenciados fue de 3.054 personas. ¿No os parece increíble que el número de nuevos periodistas supere al de los parados?. A mí por lo menos me aterra. ¿Hay solución?. De momento a corto plazo no.

Para mas  desgracia, si ampliamos los datos a toda España, una cuarta parte de los periodistas españoles ha visto reducido su salario en los últimos años. Algunos incluso con retraso en los pagos. Esto sin duda no nos deja en buena situación pero es la realidad. Una realidad que se vuelve mucho más dura cuando sabes que alrededor de un tercio de los licenciados en periodismo no ejercieron como tal en 2011.

Es verdad que la crisis parece no tener barreras. Es verdad también que existe overbooking. Pero hay otro factor como el intrusismo que no permite abrir puertas a los que en teoría llegamos más preparados. Esto se ve reflejado en el 35% de personas que desempeñan la profesión periodística sin ser periodistas.

No pretendo asustar ni estremecer, si no informar y concienciar de la situación. Para mí el mundo laboral todavía queda lejos. Pero una cosa tengo clara, no pienso esperar con los brazos cruzados que el tiempo lo solucione. En las fechas que corren no solo una licenciatura en cualquier carrera vale para labrarte un futuro. Deberemos ser ingeniosos y trabajadores, porque la buena suerte la crea uno mismo.


Jorge Sanz Sarrión
1º Periodismo

martes, 11 de diciembre de 2012

Tic-tac

Haz malabares con el poco tiempo que aún te queda entre las manos y maréate dando pasos hacia atrás para que las bolas no se caigan, porque si se caen, habrás perdido otro segundo más de tu vida. Y un segundo puede ser crucial, enserio. Es un segundo que pierdes pensando que lo estás perdiendo, como probablemente te plantees ahora.

Un jugador de rugby puede marcar un gol que puede ser importante para la historia de su carrera como deportista. Una artista del cine puede terminar de grabar la mejor escena de su vida, y un periodista puede encontrar la palabra que llevaba buscando mucho tiempo para terminar un artículo que causará furor para su público. En un segundo un compositor encuentra el acorde perfecto para terminar su obra, y a un escritor se le puede ocurrir la forma de seguir conectando su historia. En un simple segundo puedes darte cuenta de que estás haciendo algo mal, o también puedes darte cuenta de cuanto amas a alguien. En un segundo un soldado pega un tiro en Irak ahora mismo, y el 43% de la población africana está muriendo de sida.

En un segundo nacen un millón de niños por todo el mundo, y hay millones de personas que lloran porque otro millón de ancianos mueren. En un segundo puedes alcanzar la felicidad plena, en un segundo se oyen en el planeta miles de carcajadas sonando al unísono, y si escuchas un poco mejor, también quizás puedas oír susurros de amor o el sonido de miles de besos. En un segundo de este valioso tiempo dos presidentes se abrazan y deciden no declarar otra horrible guerra. 

Toda esas personas son capaces de hacer muchas cosas en un solo segundo, pero... ¿y tú?;¿qué cosas maravillosas serías capaz de hacer? Si con suerte llegas a vivir 75 años tienes 23652000000000 segundos a tu disposición. Sí, parecen muchos, pero quizás deberías plantearte a que velocidad pasa la vida por delante de tus ojos. Probablemente te sorprenderías. 

Mercedes Martínez Peña
1º Periodismo+Publicidad y RRPP




lunes, 10 de diciembre de 2012

Programas basura


Llegaba hoy día 10 de Diciembre, día señalado en mi agenda ya que me tocaba escribir un artículo en este blog, y no tenía ni idea sobre qué tema hablar.

Mientras pensaba sobre que podía escribir, encendí el televisor y salió Telecinco en la pantalla. Estaban dando sálvame, y rápidamente tuve que bajar el volumen porque aparecieron dos señoras gritando y llamándose de todo, a punto de “pegarse”. ¿Qué tipo de broma es esta?, ¿de verdad les parece divertido mostrar como dos personas que supuestamente ellas se consideran educadas, están a montando un espectáculo?

Lo que más me preocupa es que señoras que solo gritan, que están sentadas ahí por el simple hecho de haberse acostado con algún famoso, y que se ponen a comer patatas fritas delante de las cámaras como unas mal educadas, ya se consideran “periodistas” solo por enterarse de quien se ha liado con quien. Hay miles de jóvenes en la calle con el titulo de periodismo, parados, pensando (y muchos lo hacen) en irse de España porque aquí no hay trabajo, y gente así tiene la cara de considerarse “periodista” cuando dicen “almondigas” o “cocretas”. Parece que hoy en día cualquiera puede ser periodista, y que las cadenas de televisión solo buscan una imagen, entretenimiento, espectáculo.

Hay temas y cosas mucho más interesantes de las que hablar, y sin embargo ponen un programa en el que critican a los famosos de 16 a 20h. Pero lo más triste de esto, es que hay gente que lo ve, que estos programas duran porque tienen audiencia. Apago la televisión y pienso que nadie sabe que le deparará el futuro, y puede que algún día alguno de nosotros este trabajando en uno de estos programas a los que realmente considero "programas basura", porque no creo que aporten nada bueno. Sinceramente, espero que ninguno de nosotros trabajemos ahí.

Debemos conseguir ver más allá de cotilleo, del morbo de la televisión, ser selectos y ver temas que realmente nos enriquezcan como personas y como periodistas. De esta manera podremos enseñar a la gente, ya que somos el medio que informa a la población, algo que les cultive y les haga crecer como personas.
 
Patricia Pajares de la Peña
Periodismo 1.1

viernes, 7 de diciembre de 2012

VUELVE A CASA VUELVE POR NAVIDAD



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1 de diciembre,seguramente para muchos de vosotros al igual que para mí,esta fecha os recuerda que la navidad se aproxima. Viendo la tele, sentada en el sofá aparece el anuncio de la lotería con esa preciosa canción de Danny Elfman "The Grand Finale" de pronto una sonrisa se dibuja en mi cara y mis ojos se iluminan, contemplando el anuncio comon si no existiera otra cosa en el mundo.Ahí puedo decir que para mí oficialmente comienza la navidad con anuncios de perfumes,juguetes y loterías. Esta es una de mis fechas favoritas,temporada de ilusiones,felicidad,regalos,familia y amigos. En esta época todos y cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de alegrar a alguien que queremos,llenar de ilusión a los más pequeños de la casa o incluso reconciliarnos con alguien con el que ya no teniamos relación,echaremos de menos a los miembros de nuestra familia que ya ni están con nosotros y daremos la bienvenida a los nuevos que llegan. En Navidad, cuando camino por la calle contemplo un ambiente diferente,felicidad en los rostros,observo la calle,toda ella está iluminada con luces navideñas,comprar regalos con el olor de las castañas asadas en los puestos,padres con niños viendo Cortilandia con esa canción tan pegadiza que todos nos sabemos "cortilandia,cortilandia,vamos todos juntos a cantar alegría en estas fechas porque ya es Navidad". Poco a poco se aproximan las fechas más importantes de la Navidad,la familia se vuelve a reunir,los que están fuera llegan con un gran recibimiento,al llegar a casa están puesto los adornos: el árbol de navidad,el Belén,todo está precioso,pienso que por que no siempre será Navidad. Llegada la fecha del 24 de diciembre,todo el mundo está sentado a la mesa cantando villancicos de Navidad,esperando la maravillosa cena que ha preparado la abuela mientras los más pequeños,desean impacientes que acabe la cena y que llegue la hora de dormir,para que cuanto antes,venga Papá Noel con sus regalos como premio de lo buenos que han sido este año. Feliz Navidad.







                                    María Salcedo García
                                    1.1Periodismo Publicidad  y Relaciones Públicas

jueves, 6 de diciembre de 2012

La rutina


Supongo que depende del tipo de persona que seas, de tus gustos, aficiones, tu forma de ser… Pero la mayoría de la gente odia la rutina.

¿Por qué? No veo nada de malo en ella, es la esencia de las cosas bien hechas, la rutina es la costumbre, y con ella nos convertimos en buenos en lo que hacemos.

Pero la gente la odia, para la mayoría, la rutina es sinónimo de aburrimiento, de pesadez, lo que quiere hacer la gente una vez les dan vacaciones es viajar. Discutir con tu mujer o marido durante el viaje en coche, ir a playas atestadas de gente con todo el calor de Junio… Pero al menos abandonas tu rutina.

Con la rutina hay menos posibilidades de que cometas errores, todo es más mecánico, más seguro, nada se sale de tu esquema. Dicho así suena bastante aburrido, pero es la manera de dominarte a ti mismo, a tu trabajo, tu entorno, lo controlas todo. La rutina se logra gracias a la repetición.

Pero los seres humanos necesitamos ¨desconectar¨ y relajarnos, algo que está bien, hay que salir de la rutina, pero lo malo es volver a ella… ¿Cómo te sientes el primer día de instituto después del mejor verano de tu vida? Descolocado, sin control, sin seguridad.

La rutina es seguridad, supongo que la gente la odia porque asocian la rutina con el instituto, el trabajo… No precisamente con el verano, cuando tienes todo el tiempo libre del mundo.

Simplemente escribo esto para que la gente no infravalore la rutina, ya que esta te hace mejor en lo que haces, y,  también escribo esto para que, incluso durante el verano, tengas tu rutina programada, porque hay tiempo para todo.

José Pina Balfagón 1.1 Humanidades y periodismo

 
 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mi vida, en línea


Las 6:30 de la mañana, suena el despertador, lo apago y… cojo el móvil.
Y esto es así, vivimos con una dependencia hacia al teléfono que se sale de lo normal, lo usamos mientras comemos, cenamos o desayunamos, es lo último que miramos al acostarnos y lo primero al despertarnos. Creemos que si no vivimos conectados en todo momento nos salimos de la sociedad, nos convertimos en “los raros”.

Pero ha llegado un punto en el que se pierde la falta de relación entre las personas
¿Cuántas veces hemos quedado a comer con amigos y hemos acabado todos con el móvil en las manos? Cada vez en más ocasiones, no contentos con haber quedado con alguien, tenemos que estar hablando con otras personas, nuestro whats app esta siempre en línea.

Y no nos damos cuenta, no somos capaces de ver que mensajearse no es relacionarse, que los “jajajaja” no son lo mismo que oír la risa de una persona y contagiarse de ella, que las historias que se cuentan no se entienden igual si no se puede oír el tono de voz, la emoción, que expresa mucho más que escribir un montón de signos de exclamación al final de un relato.
Se esta perdiendo la confianza y la relación personal, pero por desgracia, estar conectado en estos tiempos es la única forma de saber de los demás.

¿No os acordáis de la emoción al quedar con una persona que hacía mucho tiempo que no veías?
No sabias si habría cambiado, que sería de su vida… pero ahora ese encanto se ha perdido. Facebook nos muestra las últimas fotos de todo el mundo, twitter nos cuenta lo que hace en cada momento, y para más información acudimos al whats app, básicamente no necesitamos quedar con alguien para saber de él, las amistades se han vuelto tecnológicas, vacías, y solo nosotros mismos podemos luchar contra nuestro mejor amigo, el móvil.





Inés Aparicio Hurtado
1.1 Periodismo

domingo, 2 de diciembre de 2012

Eugenesia espartana


No podemos dejar de asombrarnos ante la brutalidad e inhumanidad que algunos pueblos pasados han tenido con los más pequeños de la sociedad a lo largo de la historia. Las manos se dirigen rápidamente a nuestra boca entreabierta y sorprendida cuando descubrimos que no es un mito, sino una realidad que pueblos antiguos llevaron a cabo numerosos infanticidios. Lacedemonia es una clara prueba de ello: los espartanos, al nacer un espartiata, lo llevaban a los ancianos de la ciudad, que, si consideraban que el niño no era lo suficientemente fuerte como para servir a esta sociedad tan guerrera, lo abandonaban en el monte Taigeto, donde finalmente moría.
«Menudos bestias» es nuestro primer pensamiento. « ¿Y las madres lo permitían? Menos mal que con el paso de la historia nos hemos hecho más razonables, humanos, civilizados». ¿Pero qué pasa? ¿Estamos ciegos? Ahora es mucho peor. Antes, las madres seguramente lloraban a sus hijos abandonados, ahora son ellas las que deciden acabar con su vida. La única diferencia es que ahora no nos afecta, “ojos que no ven, corazón que no siente, ¿no? Sin contar con la manipulación del lenguaje: IVE (Interrupción voluntaria del embarazo), derecho de la mujer… que sin duda dulcifican hasta el extremo la expresión «matar a tu propio hijo». Sí, matar, porque la persona es persona desde el momento de la fecundación por mucho que la gente lo quiera subjetivizar y pensar que no lo es hasta el mes tal o el momento cual. Esas ridículas teorías se caen por su propio peso. “Son solo un conjunto de células” ¿Acaso nosotros no? Pero este tipo de afirmaciones calan en la sociedad, que cree tener la conciencia limpia sabiendo que solo se han deshecho de un ser vivo, no humano, inservible o enfermo. ¿De verdad nos creemos mejores que ellos, capaces de decidir si viven o no?
Y es así como, a través de la mentira, que parece ser la mayor virtud de nuestra sociedad postmoderna, sin valores ni criterio, justificamos una desastrosa III Guerra Mundial a los más inocentes y débiles, a los que más necesitan protección. Y es que no aprendemos de la historia, esa magistra vitae de la que hablaba Cicerón. ¿Más humanos? ¿En serio?

                           

Cristina Sendra Ramos